Thursday, April 19, 2007

Edward Artemyev. metamorphoses. (1980).


La música del compositor ruso, Edward Artemyev, no ha sido muy difundida, y a mas de uno, el nombre le debe sonar extraño, no obstante, Artemyev es uno de los compositores electrónicos mas prolíficos de su país, ha colaborado en un centenar de bandas sonoras, compuso la cantata de los juegos olimpicos de Moscú en 1980, y además, es muy recordada su colaboración con el cineasta ruso Andrey Tarkovsky (Solaris, The mirror, Stalker). comenzó a componer música electrónica a principios de los años sesenta, y apartir de la segunda mitad de los setenta introduce en sus obras formas clásicas, las cuales se acompañan de una buena dosis de sintetizadores análogos, Sampler y moog.

Metamorphoses (1980), es un trabajo, que sin duda, sonará a muchas cosas, puede ser parecido a la música electro comercial de jean michel jarre, pero no es tan artificiosa; podria sonar a Tomita, pero a diferencia del japonés, artemyev, no se limita a transcribir una partitura con instrumentos electrónicos, el se encarga de reformularla, creando una obra similar pero nunca despreciable o aburridora; sonaria a Tangerine Dream, pero sin el esquematismo conceptual y la improvisación propia del trío alemán.

Lo importante de esta serie de trabajos cósmicos-electrónicos, es la capacidad de rememorar sonidos, de transportarte a parajes desolados, o a semejar un viaje en el espacio, por eso, la obra de Artemyev es de real importancia, no se amaña con un sonido y no se entrega al minimalismo fácil (algo típico de este tipo de compositores), en un disco puedes experimentar diferentes ambientes y todos igual de plácidos.

Amplio recomendado, a los amantes de la música electrónica los encontraran fascinante, eso si, el disco es bien difícil de conseguir (me he tenido que contentar con solo 5 cortes del disco), de hecho no esta en el catálogo de Amazon, y los títulos de los temas estan en ruso, así que es difícil identificar un tema en particular. Aún con sus dificultades de acceso, la música de artemyev debería conocerse mas por estos lares.

Saturday, April 07, 2007

Colours are brighter

Esto me pareció bonito, gracioso, interesante y apropiado para El Club de los Discos. Snow Patrol, Franz Ferdinand, Belle and Sebastian, Four Tet y más, tocando canciones para niños. Visiten el sitio, oigan las canciones online, jueguen y coloreen muñequitos.

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Visit Colours are Brighter at Myspace.com

Friday, April 06, 2007

Transatlanticism, Death Cab for Cutie


Hay discos tristes y luego está Transatlanticism de Death Cab for Cutie. Siempre podrá argumentarse que es una opinión personal, formada porque lo oí en un muy mal período de mi vida, pero volviéndolo a oír no puedo evitar pasarlo un poco mal. Y bueno, ¿para qué quiere uno ponerse mal? Pues no sé, pero el disco es tan emotivo, tan bonito, y tan desesperanzador, que uno no logra escapar de él. Así que cuidado. Claro, si uno se identifica con las letras, si no, pues será otro disco de tipos lamentándose, pero las letras de Ben Gibbard son terriblemente cercanas, incluso cuando no hayas vivido lo que ellas narran.

Hay un par de momentos de alegría, pero lo que caracteriza al disco son las dolorosas historias de amores fracasados. Title and Registration, Lightness y A Lack of Color son tres historias de despecho, cargadas de imágenes sugestivas, que te hacen pensar en instantes de lo que podría ser una película, no porque narren una historia per se, sino porque comunican muy bien esos sentimientos de impotencia y tragedia que acompañan a una ruptura que no se vió venir. La estrella del disco es Transatlanticism, casi ocho minutos de calma seguidos por un crescendo que no lleva a ninguna parte. Y Tiny Vessels, sobre lo que se siente cuando te das cuenta de que te mentiste y la chica con la que estás no te importa en realidad, también figura entre los temas fuertes.

Otros temas menos importantes, pero igualmente interesantes añaden al disco momentos de melancolía, aunque no ablen necesariamente de tristeza. Passenger Seat, por ejemplo es sobre una pareja que conduce de regreso a casa en una noche tranquila; We Looked Like Giants rebosa angustia adolescente vista desde lo lejos; Death of an Interior Decorator, más animada, pero igualmente suave, tampoco escapa a una cierta tristeza que transpira todo el disco.

En general, Transatlanticism es un disco bonito, doloroso a veces, con letras muy bien escritas, que retratan momentos y sentimientos casi como una fotografía que captara un poco del alma del sujeto. Con instrumentación sencilla (guitarras, bajo y batería, y nada más), la producción le da un sonido distinto, bastante espacioso en algunos temas, que lo hacen sonar, afortunadamente, diferente de cualquier grupito indie sin pretensiones. Buena escucha, pero a tener cuidado con lo que pueda despertar dentro de uno si no se es cauteloso.

PS. No es la mejor reseña, pero lo estaba oyendo y me pareció bien escribir algo sobre él, así que ahí disculparán.