Tuesday, June 27, 2006


JAPAN. Tin drum. (1981).

Al parecer todo lo que realiza David sylvian es arte, un disco, una instalación, una declaración, su estilo aséptico, ligeramente minimalista, percusiones eléctricas y sintetizadores atmosféricos componen este disco, inspirado en la imaginaría oriental, temas como la siniestra ghosts, o mas divertidos como art of parties o melódicos como vision of china y cantonese boy, hacen de este disco algo interesante, pero sin un hit memorable o imprescindible, lo que da un resultado muy inferior a lo que se espera. Se escucha, y se archiva.

Saturday, June 24, 2006


Ballad of The Broken Seas, Isobel Campbell + Mark Lanegan, 2006

Por un lado está Mark Lanegan, de voz rasposa y proveniente del grupo de épocas grunge Screaming Trees. Por otro lado está Isobel Campbell, ex-integrante de Belle and Sebastian, y poseedora de una voz angelical, suave y aterciopelada. Ambos, después de un casual encuentro, decidieron colaborar en un disco, y el resultado es éste: una bella combinación de dos aparentes polos opuestos que no se une a ninguna moda, que va a lo clásico y que no pretende revolucionar a nadie sino más bien hacerle pasar un rato tranquilo y agradable.

Ballad of The Broken Seas es un disco de guitarras acústicas, sonidos americanos muy folk, mas no country. Es inevitable además, al oír algunas de las letras, pensar en la palabra trovador, y en imagenes de campesinos de otras épocas, villas amigables y muchachas de faldas repolludas y pañuelos en la cabeza. Pero el disco es más que eso y hay desde reminiscencias semi-spaghetti western hasta flirteos con la música de bares llenos de humo y aromas de whisky. Si las primeras canciones dan una sensación sombría, con aires apesadumbrados y dolorosos, poco a poco el disco va evolucionando. A pesar de mantener una misma tónica, no se hace aburrido y logra transitar hacia terrenos más alegres y luminosos sin dejar de lado el espíritu que recorre todo el trabajo. Si bien hay varios temas que se convierten en claros ganadores, como el vals Do you wanna, el precioso Saturday's gone con un exquisito solo de violín, o el tema que adecuadamente pone fin al disco, The circus is leaving town, no hay ningún tema de relleno, y si lo hay, pasa desapercibido como tal.

Un disco que no es para rockear, sino para relajarse una tarde de lluvia y disfrutar de la soledad y el silencio.

Friday, June 23, 2006



Furious Angels, Rob Dougan, 2002

Si vieron Matrix es muy probable que les hubiera quedado sonando una canción que mezclaba beats al estilo trip-hop con arreglos orquestales. La canción se llamaba Clubbed to death y era compuesta por Rob Dougan, un tipo al que le molesta ser encasillado como autor de música electrónica. Lo cierto es que uno de los artistas favoritos de Dougan es Frank Sinatra, del que le encargaron unos remixes para darles un toque moderno, tarea que le molestó a pesar de haberse hecho cargo de ella, lo que dice mucho de sus verdaderos gustos.

Rob Dougan dice haber aprendido los tejemanejes de la música electrónica como un medio para un fin, y el fin era componer el disco Furious Angels, en donde une sus dotes electrónicas con una orquesta de 84 músicos y un coro de 40 voces. Un proyecto sin duda épico y hasta megalomaníaco, del que sale bien librado, a pesar de que casi se quiebra al pagar él mismo la orquesta a base de remezclas para otros artistas.

El disco Furious Angels es, como dije antes, una mezcla entre su pasión por la música clásica y los adelantos electrónicos. Si bien el disco es bastante uniforme y no se aleja de una temática propuesta desde el principio, la música es muy cinematográfica, con crescendos que emocionan e hipnóticos beats bailables. No estoy tan seguro de que esta música se pueda bailar, pero desde luego oírla sí es una buena experiencia.

Por momentos uno se pregunta si la orquesta, bastante limitada a la hora de crear las melodías y dedicada más a la repetición de segemntos atmosféricos, hubiera podido ser reemplazada por un sintetizador, así como lo hace con bastante éxito Hans Zimmer en sus partituras para el cine, pero la verdad es que el disco gana en grandiosidad al oír una verdadera sección de cuerdas en lugar de una imitación electrónica. Las letras, que hablan de traiciones casi salidas de un film-noir, y la voz rocosa de Dougan, que recuerda a la de Tom Waits por momentos, dan el toque de redondez a un disco que es diferente, aunque no del todo exitoso, por la repetición a la que uno se ve enfrentado después de oír todos sus temas. Aún así, vale la pena, y así parezca este un comentario medio desfavorable, el disco es muy interesante por su capacidad de crear imágenes y sensaciones de cine en el oyente. Se incluye un segundo disco con las versiones instrumentales por si le disgustó la voz de Dougan o para que monte su versión karaoke en casa.