Good stuff

Después de una serie de discos con filo new wave, los B-52's fueron, poco a poco, domándose hacia los caminos más pop de los ochenta. Love Shack fue un gran single, pero muy alejado de la medio siniestrez de Rock Lobster, aunque seamos sinceros, los B-52's nunca fueron los Cramps. Y después de una deserción y una partida prematura de esta dimensión, el grupo se encontró incompleto, preparando este álbum, el último que grabaron en estudio. Good Stuff es un disco que me trae muchos recuerdos de adolescencia, así que no puedo ser realmente imparcial con él. Lo único que puedo decir es que es un disco tremendamente divertido, pero no en la vena, como dije, de la diversión macarra de los Cramps, sino en una vena cósmica medio hippie. Mejor dicho, al ver a Kate Pierson con su inmensa peluca y los coloridos trajes de los demás miembros sabemos que es música de una fiesta medio beatniks, medio go-go. Good Stuff contiene algunos números que nunca se grabaron en mi memoria, pero contiene otros tan divertidos que años después de haberlos oído por última vez, me sorprendí recordándolos a la perfección. El disco abre con tres temas excelentes, alegres y pegadizos: Tell it like the T-I is, la delirante Hot Pants Explosion y Good Stuff. El disco decae un poco, pero hacia el final se vuelve a levantar con tres temas como Is that you Mo dean, sobre un tipo que sale a comprar perros calientes y vino, y se encuentra raptado por un ovni que lo devuelve a la tierra 897 años después; Vision of a kiss, no tan divertida pero muy bonita y con la poderosa voz de Kate Pierson; y termina con Bad Influence, igualmente divertida a los temas iniciales. Lejos queda la new wave, pero no el encanto sin sentido, pues además de ser digerible, este disco es bastante bueno. Quizá la única pega sea que las canciones se extienden más de lo necesario, y de los concisos tres minutos pasamos a temas de hasta seis, que acaban, en algunas ocasiones, diluyéndose al llegar a la mitad. Es una pega menor, pero que le resta a la redondez del trabajo.