Wednesday, September 20, 2006

Into The Blue Again, The Album Leaf


El post-rock es un cajón de sastre, de esos en los que se clasifican grupos que de otra manera serían inclasificables. Algunos guardan pocas semajanzas con los otros, lo que muestra que ahí se mete de todo. Por ejemplo, The Album Leaf no se parece a Godspeed You Black Emperor. Eso sí, lo que parecen tener todos en común es el gusto por los largos títulos. Para muestra un botón, con títulos de discos de diferentes agrupaciones: Those who tell the truth shall die, those who tell the truth shall live forever; Lift your skinny fists like antennas to the heaven; Millions now living will never die; He has left us alone but shafts of light sometimes grace the corners of our rooms...

Pues ahí dentro cae The Album Leaf, pero alejado de las guitarras pesadas y melódicas (aunque suene a contradicción, lo que es otra característica del post rock: ¿slow-core? ¿ambient rock?) de Explosions In The Sky, del apocalipsis insondable de Godspeed You Black Emperor, o las aproximaciones jazzísticas de Tortoise. El único miembro del grupo, Jimmy LaValle, ya pertenecía a otra agrupación post-rock, Tristeza, que experimentaba con melodías y se alejaba de los moldes del rock actual, aunque sin ser tan revolucionaria como otras ya citadas. Para su proyecto en solitario, LaValle cambió y siguió otros caminos. Su primer disco One Day I´ll Be On Time, ya confirmaba ese cambio de rumbo, de un esquema sencillo de guitarra bajo y batería, a uno en que se incorporaba más la electrónica. Su siguiente trabajo, In a safe place, hecho en colaboración con otros inclasificables como Mum y Sigur Ros, dejó percolar la influencia islandesa, y además de texturas, se añadieron sonidos de clics y clacs, tan característicos de los primeros. Este segundo disco ya era bastante más diferente a los días de Tristeza, ampliando el espectro más allá de las diferencias entre acústico y electrónico. En realidad esto iba más allá de cualquier clasificación.

Into The Blue Again es el tercer trabajo, sin contar el EP Seal Beach, ya sólo, sin colaboraciones, alejado del minimalismo épico (?!) de su anterior trabajo, para volverse más intimista. Música calmada, para pasar tardes a solas viendo llover, para recorrer caminos olvidados en bicicleta, para un picnic tranquilo, para flotar entre el sueño y la vigilia, para compartir con tu significant other entre las sábanas sin hacer nada un domingo en la tarde... Algo así como ambient rock, canciones que no se pueden oír por encima, pues se construyen a medida que avanzan, envolventes, menos inclinadas a llegar a un sitio en articular sino más interesadas en crear atmósferas. Al finalizar el disco no se puede decir que algún tema se haya quedado en la cabeza para ser tarareado, pero ese no es el objetivo del disco.

LaValle ha conseguido un digno sucesor a In A Safe Place, quizá no tan variado, pero sí lo suficientemente exitoso. Música con un equilibrio perfecto entre lo electrónico y lo orgánico, con suficiente alma para tocar el corazón y a veces hasta el toque para darse unos pasitos de baile o simplemente seguirle el ritmo con el cuerpo en una silla. Personalmente prefiero In A Safe Place, pero este vale la pena oírlo.

Un disco muy bonito, que no golpea, que no llama la atención con espectacularidad, sino que necesita de una sintonía especial con él mismo para dar la recompensa que de verdad puede dar, tal vez menos pegajoso que el anterior, pero igualmente estimulante... o más bien relajante.

1 comment:

m . a . said...

..."less is more" dicen por ahi... pues me suena...