Neu! 75 (1975)

Cuando mis compañeros de blog hablaban en sus múltiples charlas de algunos temas que para mí suenan a chino, uno de los términos que mencionaron y se quedó en mi memoria fue el de Krautrock. Investigando, llegué a oír este trabajo que hoy les traigo, así que, desde luego, no esperen un comentario basado en mi conocimiento del género, ni contextualizado en su época y trabajos anteriores, sino más bien la reacción de un novato que se enfrenta a un sonido nuevo, y como tal , creo que también es válido.

Neu! 75 es, según he leído, el último trabajo de Neu, antes de su disolución, aunque también existe uno publicado casi veinte años después, pero que no parece despertar mucho entusiasmo. En este se notan dos claras partes, que son la expresión de cada uno de los integrantes de este dúo. Uno de sus integrantes, Michael Rother, más apegado a la calma y la tranquilidad, tiene a cargo el lado A del disco, tres temas que rayan con el ambient, no en el sentido de que no pase mucho, sino en que los temas están hechos para ser disfrutados casi como el fondo de alguna actividad, y no para ser protagónicos y excluyentes de la atención del oyente. Son tres temas con un espíritu claramente alemán de los 70, que podría yo emparentar con Kraftwerk, ojo, no en instrumentación, sino en espíritu: música de interminables autopistas en un amanecer, casi vacías, con parajes industriales no en decadencia, sino en pleno despertar ordenado. No por nada el tema Autobahn de Kraftwerk, ¿no? Suave, estilizado, este es mi segmento favorito, con efectos de sonido que delatan precisamente esas intenciones de experimentación con sonidos y ambientes de su autor. Leb Wohl, el tercer tema de este lado, es quizá el más ambient, con sonidos de olas, un piano delicado y unas voces pausadas durante casi nueve minutos.

El lado B del disco pertenece a Klaus Dinger, y la diferencia es clara. Guitarras distorsionadas, algunos gritos guturales... una especie de proto-punk sin llegar a escandalizar ni romper del todo el sendero que el disco llevaba. Hero, el primer tema, inmediatamente cambia el sendero con guitarras y baterías más aceleradas. Aún así no es este un punk chatarrudo y podrido, sino bastante estilizado, y su sonido es bastante pulido, pero con el toque de salvajismo característico. Otros temas juegan con la electrónica y las texturas no tan abstractas, como E-Musik, donde el mismo esquema se varía y se extiende indefinidamente. De nuevo aparecen las baterías que suenan a motores (motorik, se llama el estilo) y a pesar de la distorsión (After eight), no se deja del todo la melodía.

No es un disco que se quede inmediatamente en la memoria, pues no tiene una sensibilidad claramente pop, pero desde luego es un trabajo que gana con cada oída, y que desde luego fue tremendamente influyente. No es sino que oigan el post-rock hoy para aún trazar algunas líneas que nos llevan a Neu! Un buen disco, para oír muchas veces, con calma, y digerir bien.