Ya Stone Roses fue le primero en dar la voz de alerta en el 90 (aunque el lanzamiento original fue a mediados del 89), nadie se había tomado muy en serio a los Mondays dos años antes, básicamente porque sonaban demasiado extraño para el mercado local. The Charlatans UK (pese a la funesta tapa de la primera edición del Some Friendly) anunciaba que por lo menos desde Manchester había más material de calidad (pese a los esfuerzos de Soup Dragons para probar lo contrario). James, por otro lado, luchaba a contracorriente (a veces tenía ecos de Morrisey en el Strip Mine o dejaba correr alguito de psicodelia en el Gold Mother) para crear sonido propio… Si, eran los noventas y la década que empezaba prometía cosas.
Sonidos menores pero contundentes salían del primer trabajo de los Inspiral Carpets (Manchester continua), y ya, ya, ya, cuando todo indicaba que se venía de lleno una invasión británica… llegó el 91 y todo se quedó en una simple promesa.
Y es que a veces es difícil saber cuándo se han de sincronizar estas cosas, pero tanto preámbulo merecía algo mejor. No hacía mucho (casi dos años) que The Cure se había apoderado por segunda vez del top 10 norteamericano con una canción como Love Song (qué original!), y Depeche Mode, ya en el 90, a medida que se trasladaba al lado oscuro de la fuerza iba cobrando más fanáticos al tecnopop de pantalón blanco… el razonamiento era el siguiente: Si esa era la música que dominaba el panorama, entonces ¿qué no pasaría cuando las promesas se concretaran?
Pero el 91 empezó tibio, en febrero Jesus Jones lanza su álbum debut (Doubt) y bueno, no convence aunque tiene un par de temitas de recordación, las voces demasiado aflautadas solo sirven para acompañar una música armónica pero timorata.
Saltamos a mayo, EMF (Schubert Dip) se encarga de prometer todo con un disco que fue más criticado de lo debido. Realmente no eran una gran banda, pero el signo de “One Hit Wonders” los mató desde el momento que lanzaron su muy tocada Unbelievable, porque después de escuchar todo el trabajo uno se podía dar cuenta que tiraron todos los restos emitibles en ese primer single, e iba a ser muy difícil que los tomaran en cuenta después de semejante éxito.
En ese mismo mes, Inspiral Carpets decepciona con un disco plano y a veces aburrido, aunque bien ejecutado, como el The Beast Inside.
En junio y julio, Wonder Stuff (Never Loved Elvis) y Neds Atomic Dustbin (God Fodder) anuncian los problemas, hacen discos aceptables pero bastante prescindibles.
En agosto, Blur sorprende con su Leisure (que acá se dio a conocer en la versión norteamericana que, además de ser distinto en aspectos visuales, el running order es difiere del británico y, además, mite a Sing en el primer tiraje), se convierte en la respuesta más contundente del pop londinense. No todo está perdido, estas rivalidades entre ciudades a veces dan buenos resultados (se comentaba en la calle).
Y la respuesta septembrina de Manchester fue Northside, con Chicken Rhythms un disco de excelente factura y calidad pero que, debido a lo desastroso de su campaña publicitaria (una de las perlas para perder dinero de la Factoy) vio como sus ingresos se iban en saco roto hasta firmar tarde en ese año con Geffen. Y el año se estaba acabando y no hubo nada más relevante que ver… por lo menos de ese lado del atlántico, porque por las mismas épocas Nueva York y Seattle ya andaban armando todo, y fue así como la tan anunciada invasión no se produjo y, de hecho, cuando menos se esperaba, entre el otoño (hemisferio norte) del 94 y el verano del 95, se produjo una verdadera invasión, más nombres, más grupos y más calidad, pero esa es harina de otro costal… esto no fue más que puro revival miserable, debe ser por culpa de ver VH1.
Sonidos menores pero contundentes salían del primer trabajo de los Inspiral Carpets (Manchester continua), y ya, ya, ya, cuando todo indicaba que se venía de lleno una invasión británica… llegó el 91 y todo se quedó en una simple promesa.
Y es que a veces es difícil saber cuándo se han de sincronizar estas cosas, pero tanto preámbulo merecía algo mejor. No hacía mucho (casi dos años) que The Cure se había apoderado por segunda vez del top 10 norteamericano con una canción como Love Song (qué original!), y Depeche Mode, ya en el 90, a medida que se trasladaba al lado oscuro de la fuerza iba cobrando más fanáticos al tecnopop de pantalón blanco… el razonamiento era el siguiente: Si esa era la música que dominaba el panorama, entonces ¿qué no pasaría cuando las promesas se concretaran?
Pero el 91 empezó tibio, en febrero Jesus Jones lanza su álbum debut (Doubt) y bueno, no convence aunque tiene un par de temitas de recordación, las voces demasiado aflautadas solo sirven para acompañar una música armónica pero timorata.
Saltamos a mayo, EMF (Schubert Dip) se encarga de prometer todo con un disco que fue más criticado de lo debido. Realmente no eran una gran banda, pero el signo de “One Hit Wonders” los mató desde el momento que lanzaron su muy tocada Unbelievable, porque después de escuchar todo el trabajo uno se podía dar cuenta que tiraron todos los restos emitibles en ese primer single, e iba a ser muy difícil que los tomaran en cuenta después de semejante éxito.
En ese mismo mes, Inspiral Carpets decepciona con un disco plano y a veces aburrido, aunque bien ejecutado, como el The Beast Inside.
En junio y julio, Wonder Stuff (Never Loved Elvis) y Neds Atomic Dustbin (God Fodder) anuncian los problemas, hacen discos aceptables pero bastante prescindibles.
En agosto, Blur sorprende con su Leisure (que acá se dio a conocer en la versión norteamericana que, además de ser distinto en aspectos visuales, el running order es difiere del británico y, además, mite a Sing en el primer tiraje), se convierte en la respuesta más contundente del pop londinense. No todo está perdido, estas rivalidades entre ciudades a veces dan buenos resultados (se comentaba en la calle).
Y la respuesta septembrina de Manchester fue Northside, con Chicken Rhythms un disco de excelente factura y calidad pero que, debido a lo desastroso de su campaña publicitaria (una de las perlas para perder dinero de la Factoy) vio como sus ingresos se iban en saco roto hasta firmar tarde en ese año con Geffen. Y el año se estaba acabando y no hubo nada más relevante que ver… por lo menos de ese lado del atlántico, porque por las mismas épocas Nueva York y Seattle ya andaban armando todo, y fue así como la tan anunciada invasión no se produjo y, de hecho, cuando menos se esperaba, entre el otoño (hemisferio norte) del 94 y el verano del 95, se produjo una verdadera invasión, más nombres, más grupos y más calidad, pero esa es harina de otro costal… esto no fue más que puro revival miserable, debe ser por culpa de ver VH1.
2 comments:
hombre excelente repaso a aquella epoca de las ¨Baggy Bands¨... si pudo ser bueno, pero nos toco la nostalgia de algo que no fue (hubo otros que duraron menos y les fue peor, ¨la escena que se celebra a si misma¨, si, los ¨shoegazers¨, aunque parece que a nivel de europa continental se ha venido dando desde hace como 3 años un revival tacito -m83, the radio dept...-)... pendiente queda lo que vino luego y que si disfrutamos de lleno en los 90´s (suspiro!).
ah y bienvenido al club de los discos!
hmmm, interesante panorama, muy buen repaso, algunos grupos se me hacen desconocidos,
y si como dice m.a bienvenido quien quiera que seas al club de los discos.
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