Friday, January 05, 2007


Ivy - Long Distance (2001)

Tengo debilidad por la música que induce a no hacer nada, a mirar al techo e imaginar mientras los minutos pasan. Ivy me produce esa sensación. Su disco In The Clear está con mucha frecuencia en mi equipo; un disco excelente, redondo y donde perfeccionaron su sonido, ya intuido desde los inicios, incluyendo este Long Distance, su tercer trabajo.

De entrada, Ivy posee unas características peculiares: sus melodías son básicas y podría decirse que hasta repetitivas; su melancolía podría llegar a cansar, como en tantos grupos que no hacen sino lamentarse... Sin embargo no ocurre así, las canciones aguantan los cuatro minutos sin llegar a hacerse monótonas, y los discos tampoco se hacen uniformes amasijos de tristeza. El estilo viene a ser una especie de amalgama de ritmos cuasi electrónicos, rozando el trip-hop o el lounge de grupos como Air o Zero 7, pero sólo en el fondo, porque en realidad suenan más a pop de guitarra que a electrónica de salón. Su música puede ser perfecta música de fondo para alegrar el día (irónico, pero la melancolía de este grupo no se convierte en tristeza sino en esperanza de que las cosas pueden mejorar) sin convertirse en papel de colgadura que pasa desapercibido, como lo suele hacer el lounge. Y sus letras, que hablan de amores fracasados, jamás llegan a la condescendencia y al patetismo, sino que por el contrario hacen que te veas reflejado sin quedar atrapado en ellas.

En Long Distance el grupo se acerca más a las texturas electrónicas, creando ese sonido típico brumoso, de fría y nebulosa playa al amanecer, de autopista vacía en medio de un paisaje natural, evolucionando más allá de sus inicios indie donde habían más guitarras. El sonido de Ivy, y de este Long Distance, puede resumirse en hipnóticas y somnolientas tonadas envolventes, más eléctricas que eléctrónicas (no hay tanto teclado como pudiera pensarse). Empezando con Undertow, un tema con visos de alegría, pero trasfondo de cámara lenta, los primeros temas (Disappointed, Edge of the Ocean) son pegajosos sin convertirse en el temido chicle que acaba por quemarse rápidamente. While we're in love nos da la dosis de bella decepción (While we're in love/we'll bleed each other dry/we'll hold each other close/we'll make each other cry... We know it won't last forever/cause we're not meant to be together) que nos hace sacudir el cuerpo suavemente a pesar de la triste historia que cuenta, antes del tema más alegre del disco, Lucy doesn't love you, que añade algunas inesperadas secciones de vientos que suenan casi tropicales. Más adelante nos reencontrarenmos con las trompetas, pero en un tema que suena a chic riviera francesa en los años sesenta (Let's stay inside). El disco acaba con una preciosa canción para quedarse dormido, con una sonrisa y sin pensar en nada (One More Last Kiss), un suave tema pop (Digging Your Scene) y la instrumental It's All In Your Mind. Pero por el camino quedan varios temas memorables y ni uno realmente de relleno.

Con una aparentemente sencilla instrumentación, y la voz de la bella Dominique Durand, Long Distance es un disco que debería oírse de principio a fin, para dejar que nos bañe en su sonido para experimentar adecuadamente las sensaciones que propone. No es un disco atmosférico, y no es un disco pop normal, sino una experiencia sonora si dejamos que nos lleve donde quiere llevarnos. Ivy consigue fácilmente lo que otros no: sonar sofisticados, suavemente y sin alardes.

Se añade a la colección de Música Bonita.

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